Así es cómo la fotografía con ‘smartphones’ está cambiando nuestra percepción del mundo

hace 1 semana 7

Los teléfonos inteligentes son un elemento básico de la vida moderna y están cambiando la forma en que vemos el mundo y se lo mostramos a los demás. Los smartphones también son responsables de más del 90 % de todas las fotografías del 2023.

Compare el carrete de una persona de 60 años con el de uno de 13, como hicimos recientemente, y encontrará algunas diferencias sorprendentes. En una investigación publicada en el Journal of Visual Literacy, analizamos cómo las diferentes generaciones utilizan los teléfonos inteligentes para tomar fotografías, así como tendencias más amplias que revelan cómo estos dispositivos cambian la forma en que vemos el mundo.

Si bien la tecnología está cambiando la forma en que las personas ven el mundo y hacen fotografías, es importante reflexionar sobre por qué hacemos lo que hacemos y con qué efectos.

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Por ejemplo, el ángulo de cámara que utilizamos puede dar o quitar poder simbólico al sujeto. Fotografiar a un atleta o a un político desde abajo los hace ver más fuertes y heroicos, mientras que fotografiar a un refugiado desde arriba puede hacerlos parecer menos poderosos.

A veces, los ángulos de cámara que utilizamos son inofensivos o están impulsados por la practicidad (piense en fotografiar un recibo para recibir un reembolso más tarde), pero otras veces, los ángulos que utilizamos son importantes y pueden reforzar las desigualdades existentes.

A medida que aumenta la cantidad de imágenes tomadas cada año y surgen nuevas formas de crear imágenes, se vuelve más importante reflexionar sobre cómo usamos nuestras cámaras u otras tecnologías de creación de imágenes.

Estos son los cinco patrones que observamos:

1. Realizamos imágenes de forma más informal y con una temática más amplia.

Antes de que se lanzara la primera cámara de un teléfono inteligente en 2007, las cámaras se utilizaban de forma más selectiva y para una gama más reducida de propósitos. Era posible que solo las viera en eventos como bodas y graduaciones, o en lugares turísticos durante las vacaciones.

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Ahora son omnipresentes en la vida cotidiana. Usamos teléfonos inteligentes para documentar nuestras comidas, nuestro progreso diario en el gimnasio y nuestro trabajo en clase, así como los momentos más “especiales” de nuestras vidas.

Muchas personas de mediana edad utilizan los teléfonos inteligentes, principalmente con fines laborales. Uno de nuestros participantes lo expresó de esta manera:
“A menudo tomo fotografías de la información que quiero guardar o del trabajo de los clientes cuando quiero enviármelas por correo electrónico para ponerlas en la computadora. Siento que me he relajado un poco al tomar fotos de amigos socialmente... pero, en el día a día, siento que ahora lo uso de manera muy práctica, básicamente para trabajar”.

2. No estamos tan obsesionados con las selfies como algunos podrían pensar.

Nuestros participantes solo usaron la cámara selfie frontal de su teléfono el 14 % del tiempo. Al preguntarles al respecto, reconocieron que existe cierto estigma en torno a las autofotos y expresaron que no querían ser percibidos como narcisistas. Sin embargo, las cifras mundiales estiman que diariamente son tomadas más de 90 millones de selfies al día.

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3. Estamos viendo más composiciones verticales.

En el pasado, ya sea que tuviera una cámara DSLR (cámara réflex digital) voluminosa o una desechable liviana, el agarre “predeterminado” era sostenerla con las dos manos en forma horizontal. Lo que implicaba que la gran mayoría de fotografías eran capturadas en orientación horizontal.

Pero el diseño vertical de los teléfonos inteligentes y las aplicaciones que los acompañan, como Instagram y Snapchat, están dando como resultado más fotografías en orientación vertical. Los participantes dijeron que sostener las cámaras de sus teléfonos inteligentes de esta manera era más conveniente y rápido.

4. Nos inspiramos en lo que vemos en línea.

Parece haber una verdadera falta de interés (por parte de los más jóvenes) en, por ejemplo, la composición, el uso de la luz o ese tipo de aspecto estético de la obtención de una imagen.

Los adolescentes, en particular, mencionaron que las redes sociales, especialmente Instagram, influyen en su sensibilidad visual. Los adultos mayores eran más propensos a atribuir su sentido de la estética a los medios físicos, como libros de fotografía, revistas y carteles.

Esta inspiración estética impacta en lo que fotografiamos y también en cómo lo hacemos. Por ejemplo, los jóvenes mencionaron con mayor frecuencia un enfoque compositivo centrado. Por el contrario, las generaciones mayores invocaron con mayor frecuencia el enfoque de la “regla de los tercios”.

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Un participante contrastó las diferencias generacionales de esta manera:
“Parece haber una verdadera falta de interés (por parte de los más jóvenes) en, por ejemplo, la composición, el uso de la luz o ese tipo de aspecto estético de la obtención de una imagen. Cuando mi pareja y yo éramos niños nuestro acceso a diferentes estéticas e imágenes era en realidad muy limitado. Tenías los cuatro canales de televisión, tenías revistas, tenías alguna película ocasional, tenías portadas de discos, y eso era todo. Mientras que los niños de hoy en día están saturados de imágenes pero el aspecto estético no parece ser tan importante para ellos”.

5. Nos gusta mantener la distancia

Los participantes tomaron más imágenes de personas desde más lejos en comparación con personas cercanas. El encuadre íntimo de “cabeza y rostro” solo estuvo presente en menos del 10 % de las imágenes.

En palabras de un participante: “Siento que mis amigos y yo nos frustramos con los padres cuando amplían una foto o se acercan mucho. Mi mamá siempre las toma justo en mi cara ¡está demasiado cerca! No quiero ni verlas. ¡Las fotos con zoom son muy frustrantes!”

(*) Profesor de comunicación visual y medios digitales, Universidad RMIT. (**) Director del programa Investigación de grado superior, Pathshala South Asian Media Institute. (***) The Conversation es una organización sin ánimo de lucro que busca compartir ideas y conocimientos académicos con el público. Este artículo es reproducido aquí bajo licencia de Creative Commons.

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