La larga mano represiva de las dictaduras contemporáneas de A. Latina

hace 1 semana 6

En febrero unos hombres vestidos de policías, pero con acento venezolano, sacaron en ropa interior de su departamento en Santiago, en medio de la noche, al exteniente Ronald Ojeda, un opositor refugiado en Chile. Cuando posteriormente apareció asesinado, era inevitable que las sospechas recayeran sobre el gobierno de Nicolás Maduro.

Tanto este, como los otros mandamases del régimen, se burlaron de las teorías que los apuntaban como autores intelectuales del secuestro. Diosdado Cabello, vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, dijo en su programa televisivo que su gobierno “no tiene nada que ver con ese secuestro, nada, arreglen su problema allá en Chile. Sigan dándoles protección a mafiosos, que la propia mafia les cobra”.

Las ironías duraron hasta que la Fiscalía chilena dio a conocer, un mes y medio después, que dos de los sicarios escaparon hacia Venezuela. Y no solo eso, el fiscal a cargo del caso, Héctor Barros, está convencido de que a Ojeda lo mataron por motivos políticos y por una orden que llegó desde el país gobernado por el chavismo.

En una rueda de prensa televisiva, el fiscal sostuvo que “hasta el momento hemos establecido que esto no fue un autosecuestro o un secuestro extorsivo. Fue organizado por el ‘Tren de Aragua’ con una organización extranjera y en el contexto de crimen organizado”. Cuando los periodistas le preguntaron si se trataba de un móvil político, respondió: “La única tesis que queda vigente es la que usted indica”.

Aunque el fiscal se cuidó de nombrar directamente al régimen de Maduro, para la mayoría de los chilenos relacionar al dictador venezolano con este crimen es como sumar 2 más 2. “Es de sentido común”, dice el diputado de Renovación Nacional, José Miguel Castro, y agrega: “es grave, se violó nuestra soberanía”. El propio gobierno de Gabriel Boric no descartó la hipótesis de una intervención del régimen venezolano dentro de las fronteras de Chile, y por eso llamó a consultas al embajador en Caracas.

No es la primera vez que recaen sobre el régimen venezolano sospechas según las cuales, en una especie de Operación Cóndor versión chavista, secuestra o amedrenta a opositores fuera de sus fronteras. Eso sí, los antecedentes concretos habían ocurrido en Colombia, su país vecino. Pero entre Caracas y Santiago de Chile hay siete mil kilómetros de distancia.

Ronald Ojeda fue secuestrado en Santiago el 21 de febrero y su cadáver fue hallado 10 días después.

Ronald Ojeda fue secuestrado en Santiago el 21 de febrero y su cadáver fue hallado 10 días después.

Foto:X

Pablo Zeballos, exoficial de inteligencia de Carabineros y consultor internacional en crimen organizado y fenómenos emergentes, explica que el fiscal chileno llega a una conclusión lógica, ya que el único grupo con capacidad operativa en Chile para cumplir con un “contrato” de estas características es el ‘Tren de Aragua’. Y advierte que el secuestro y asesinato del teniente Ojeda difiere bastante de una actividad típica de esa organización criminal. Como dice Zeballos, “esta operación, que involucra al menos a 15 personas en roles operativos y logísticos diferentes, se ejecuta solo en 40 segundos y después no hay demandas económicas”.

Zeballos coincide en que la motivación política, “quizá para enviar un mensaje de intimidación”, es la hipótesis más fuerte. “No olvidemos que mientras Ojeda estaba siendo trasladado, le sacaron fotografías con celulares y enviaron esas imágenes a algún lado”.

Además hay sospechas respecto a la existencia de una relación “cordial” entre el chavismo y el ‘Tren de Aragua’. Quienes lo afirman señalan que cuando las autoridades venezolanas desalojaron el año pasado la cárcel de Tocorón, principal centro de operaciones de esta banda criminal, el jefe mafioso ‘Niño Guerrero’, preso en ese penal, no apareció por ninguna parte. Se cree que agentes estatales le avisaron con tiempo del operativo. “Queda la duda de si en realidad fue un acción para retomar el control de la instalación penitenciaria o en realidad fue una de las fugas criminales más grandes de la historia de Venezuela”, dice Zeballos.

Operativo en cárcel de Tocorón

Operativo en cárcel de Tocorón

Foto:Cortesía @MijpVzla

En medio de las sospechas sobre la muerte de Ojeda, el gobierno venezolano no solo intentó bajarle el perfil a la influencia del ‘Tren de Aragua’ en la región, sino que incluso el canciller Yván Gil negó la existencia de la organización y la consideró “una ficción mediática internacional”. Poco después el fiscal, Tarek William Saab, sostuvo que el ‘Tren’ ya había sido desmantelado cuando intervinieron la cárcel de Tocorón y que se ha sobredimensionado su poder.

Opositor en la mira

En cuanto a Ojeda, ¿cuál era el interés del régimen en este exmilitar de 32 años? En enero de 2024, el nombre de Ronald Ojeda apareció en un comunicado del Ministerio de Defensa degradado y acusado de traición a la patria junto a otros 32 exmilitares. En esa lista estaba también Angelo Heredia, actualmente en prisión. Heredia confesó que tanto él como Ojeda formaban parte del Operativo Brazalete Blanco, que intentaría derrocar el régimen en un levantamiento armado. En esa confesión, difundida por el régimen y cuestionada por familiares y amigos del detenido que afirman que habría sido conseguida a punta de tortura, Heredia también nombra a actores civiles como parte del plan. Una de ellas es la activista Rocío San Miguel, actualmente detenida.

"Las autoridades invocan conspiraciones reales o ficticias, para amedrentar, detener y procesar a personas opositoras o críticas del gobierno"

Sobre este tipo de casos, Marta Valina, encargada de la misión de la ONU en Venezuela, dijo ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas que su organismo “constata que como ya ha ocurrido en el pasado, las autoridades invocan conspiraciones reales o ficticias, para amedrentar, detener y procesar a personas opositoras o críticas del gobierno”.

Heredia y Ojeda habían escapado de una prisión militar unos años atrás. Se volvieron a encontrar en diciembre de 2023 en Cúcuta, Colombia. Desde ahí intentaron reingresar a Venezuela para organizar un golpe contra el gobierno, pero fracasaron. A Heredia lo capturaron, y Ojeda logró huir y terminó su periplo en Chile, donde solicitó refugio.

Según el reportaje Operación Cacería del canal colombiano Caracol, en la captura de Heredia habría participado un grupo ilegal colombiano en complicidad con el gobierno venezolano: el Ejército de Liberación Nacional (Eln). Esta guerrilla de izquierda opera desde hace años en la frontera entre los dos países y allí maneja diversas actividades criminales, como el narcotráfico. Todo con la venia de Caracas, según fuentes consultadas por Caracol.

El reportaje explica que el Eln no solo ayudó a capturar a Heredia, sino que antes, en 2021, ayudó a secuestrar en territorio colombiano a otro militar disidente venezolano, Franklin Caldera, para entregarlo al otro lado de la frontera a la Dirección General de Contrainteligencia Militar Venezolana.

Para el periodista colombiano Ricardo Calderón, líder del equipo del reportaje Operación Cacería, las conclusiones a las que está llegando la Fiscalía chilena corroboran que el régimen chavista es capaz de aliarse con bandas ilegales para actuar contra desertores u opositores en el exilio. Calderón investiga, entre otros casos, el de Pablo Parada, un líder estudiantil venezolano que asegura que criminales contratados por la inteligencia chavista intentaron secuestrarlo en Bogotá. “Uno de los que me venía correteando me decía ‘Detente, mamahuevo’, una palabra muy venezolana”, dijo Parada.

A su vez, Calderón explica que después del reportaje “han surgido muchas más evidencias, fuentes y testimonios, que están en proceso de verificación, que señalan que las denuncias que hicimos no son aisladas, sino que se trata de una política permanente de inclusión de agencias de inteligencia venezolanas en territorio colombiano”.

No solo Venezuela

Y la de Venezuela no es la única dictadura latinoamericana sospechosa de perseguir opositores fuera de sus fronteras. Se trata del régimen sandinista que controla Nicaragua.

Este año Joao Maldonado, un disidente nicaragüense que vive en Costa Rica y que según el sandinismo participó durante las protestas de 2018 en el asesinato de Bismarck Martínez, uno de sus militantes, sufrió un atentado mientras conducía su vehículo. Unos sujetos le dispararon desde una motocicleta, Maldonado recibió al menos siete balazos y su esposa, dos. Milagrosamente pudieron escapar hacia un hospital y se salvaron. No es la primera vez que el opositor había sufrido un atentado en Costa Rica.

El periodista Ismael López entrevistó para La Nación (Costa Rica) a Maldonado, poco antes del atentado. Explica que en esa conversación el disidente le aseguró que en Costa Rica “operan células de inteligencia del régimen de Daniel Ortega”.

López agrega que también se sospecha de la actuación de la dictadura nicaragüense en una serie de asesinatos en Honduras de opositores al sandinismo. En uno de ellos murió Rodolfo Rojas Cordero, a quien también sindicaba el régimen de haber participado en el crimen de Martínez. Rojas Cordero vivía en Costa Rica, pero alguien lo habría engañado para que viajara a Honduras, donde lo esperaba la muerte. A este se suman los excontras (paramilitares de derecha durante la guerra civil nicaragüense) asesinados en Honduras. Pero las investigaciones oficiales no han arrojado resultados.

Es imposible no comparar estos hechos con la tristemente célebre Operación Cóndor, mediante la cual las dictaduras militares del Cono Sur, en los años setenta y ochenta, se pusieron de acuerdo para perseguir a los opositores fuera de sus fronteras. En esa operación las dictaduras negaron los asesinatos y trataron de hacerlos pasar como enfrentamientos internos entre militantes de izquierda.

Más recientemente, estos casos también recuerdan las extrañas muertes de opositores a Vladimir Putin tanto dentro como fuera de las fronteras rusas. Por ejemplo, la del exespía Alexandre Litvinenko, envenenado en 2006 en Londres. Para ello los rusos utilizaron polonio 210. Justamente la cercanía de los regímenes de Nicaragua y Venezuela con Rusia, famosa por su persecución implacable de disidentes, es un factor a tener en cuenta.

(*) Miembro de la Mesa Editorial de Connectas y del #ConnectasHub. Fue editor en el periódico ‘El Mercurio’ de Antofagasta. (**) Es una iniciativa periodística sin fines de lucro que promueve la producción, el intercambio, la capacitación y la difusión de información sobre temas claves para el desarrollo de las Américas.

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