¿Por qué México se está convirtiendo en un nuevo ‘muro’ para los migrantes que quieren llegar a EE. UU.?

Las razones exactas se desconocen. Sin embargo, desde diciembre hasta hoy, la inmigración a través de la frontera sur con México ha caído de manera dramática, de acuerdo con estadísticas oficiales de la Agencia para Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CPB por su sigla en inglés).

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De hecho, en los primeros cuatro meses del año se documentó una reducción superior al 40 por ciento. De acuerdo con la CPB, de los 300.000 arrestos y encuentros con inmigrantes que se contabilizaron en diciembre de 2023, se pasaron a unas detenciones 180.000 en abril de este año, según le confirmaron autoridades a este diario.

La caída, además, ha sido constante desde enero, cuando se reportaron 174.000 arrestos, la cifra más baja que se reporta desde junio del año pasado. Lo que más llama la atención entre las autoridades y expertos es que el nuevo bajonazo se está presentando justo en la primavera, una temporada del año en la que los números suelen crecer como consecuencia de condiciones climáticas más favorables en esta zona de Norteamérica.

“Lo de esta primavera es una anomalía”, dijo Adam Isacson, experto en tema fronterizos y seguridad de Wola en un artículo que publicó para el diario The Washington Post. En una conversación posterior con EL TIEMPO, Isacson sostiene que los números reportados para esta primavera son los más bajos que se registran desde el 2017, cuando el presidente Donald Trump acababa de posesionarse como presidente bajo la promesa de deportar a millones de indocumentados.

“Lo que sabemos es que está siendo cada vez más difícil para los migrantes llegar hasta la frontera, muy probablemente por las acciones que viene tomando el gobierno de México”, dice este analista.

De acuerdo con datos recopilados por Isacson, desde diciembre, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (Amlo) en México está deteniendo a más 120.000 inmigrantes al mes, todo un récord en relación con períodos anteriores, cuando no superaban ni las 50.000 detenciones.

Aunque Amlo y el presidente Joe Biden no han estado siempre en la misma página, lo cierto es que de un tiempo para acá ambos gobiernos han expandido su cooperación en este frente.

De hecho, los líderes conversaron nuevamente esta semana para afinar las estrategias. Al cabo de la charla sacaron un comunicado conjunto en el que anunciaron instrucciones para reducir de manera “significativa” el flujo de inmigrantes.

“Los dos líderes discutieron cómo gestionar eficazmente la migración hemisférica, fortalecer la eficiencia operativa en nuestra frontera compartida y así mejorar la seguridad y prosperidad de los ciudadanos de ambos países. A corto plazo, los dos líderes ordenaron a sus equipos de seguridad nacional trabajar juntos para implementar de inmediato medidas concretas para reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares y al mismo tiempo proteger los derechos humanos”, dijo la Casa Blanca al describir la conversación.

Según esta, los presidentes también se comprometieron a promover iniciativas para abordar las causas fundamentales de la migración en todo el hemisferio occidental, y señalaron que aumentar la prosperidad y la seguridad compartidas será de “importancia crítica para abordar eficazmente el desafío migratorio a largo plazo”.

En otras palabras, todo indica que México se está convirtiendo en “todo un muro” para los migrantes que aspiran con llegar a Estados Unidos. Y si bien nadie sabe si es sostenible, de momento está dando un respiro a una administración de Biden que estaba contra las cuerdas por la crisis migratoria.

Y justo en un momento clave, pues era el ataque preferido de los republicanos en esta recta final de cara a las elecciones presidenciales y legislativas de noviembre próximo.
Según Isacson, las fuertes medidas que viene tomando México podrían obedecer a varias razones. La primera de ellas estratégica. Hace poco, las autoridades de Estados Unidos cerraron brevemente varios puestos fronterizos bajo el argumento de que necesitaban el personal para atender y procesar a los migrantes que estaban llegando al país.

Algo, de acuerdo con este analista, que afectó el enorme comercio que existe entre ambos países y que seguramente tuvo efectos económicos de consideración. Dicho de otra forma, una especie de advertencia de Estados Unidos: si ustedes no ayudan, entonces tendrán que pagar el costo por otra vía.

Al mismo tiempo, sostiene este experto, Amlo pudo llegar a la conclusión de que un gobierno Trump a partir del 2025 sería mucho más radical que el del pasado y, por lo tanto, le conviene facilitarle el camino a Biden.

Lo que no es tan claro es si el esfuerzo mexicano puede perdurar en el tiempo. Cifras oficiales indican, por ejemplo, este país solo estaría deportando a una fracción de los inmigrantes arrestados. En total, unas 8.300 personas entre las 360.000 detenidas.
Es decir, la gran mayoría se estarían quedando por ahora en México, lo cual tampoco es sostenible y podría conducir, en un futuro próximo, a toda una marea de inmigrantes si Amlo opta por reabrir las compuertas.

Así mismo, hay varios factores que amenazan con agudizar la situación en el corto plazo. Una de ellas, precisamente, es la posibilidad de que Trump llegue a la Casa Blanca. Para muchos, que ya se encuentran en México o van en camino, estos seis meses que vienen podrían ser vistos como un “ahora o nunca”.

De la misma forma, las autoridades temen que la llegada de un nuevo gobierno en México tras las elecciones de este 2 de junio desate un período de transición en el que el tema migratorio no sería una prioridad.

Y, en paralelo, les preocupa que una victoria de Nicolás Maduro en Venezuela durante los comicios de este 28 de julio produzca un nuevo éxodo de venezolanos hacia Estados Unidos, a donde ya han llegado más de 750.000 en estos tres últimos años.

Veremos. Pero por ahora, y aunque a la frontera siguen llegando un número de migrantes históricamente alto, Biden, con seguridad, duerme un poco más tranquilo.