Tras sobrevivir ataque brutal, Salman Rushdie quedó ciego, pero no se acobarda

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En mayo pasado, nueve meses después del ataque con arma blanca que casi lo mata, Salman Rushdie hizo una aparición sorpresa en la gala literaria PEN America 2023, donde recibió el Premio Centenario al Valor. Su voz era débil y estaba notablemente más delgado; uno de los cristales de sus lentes estaba oscurecido porque perdió el ojo derecho en el ataque. Pero cualquiera que se preguntara si el autor seguía siendo el mismo de antes se habría sentido tranquilo por la forma en que comenzó sus comentarios, con un chiste.

Un orador anterior había mencionado “El Valle de las Muñecas”, la novela de Jacqueline Susann. “Quiero recordar a las personas en la sala que tal vez no recuerden que ‘El Valle de las Muñecas’ fue publicada en la misma temporada editorial que ‘La Queja de Portnoy’ de Philip Roth”, dijo Rushdie. “Y cuando le preguntaron a Jacqueline Susann qué pensaba de la gran novela de Philip Roth” —con su protagonista entusiasta del autoplacer— “dijo: ‘Creo que es muy talentoso, pero no me gustaría estrecharle la mano’”.

Fue una señal triunfante de que su roce con la muerte —más de 30 años después de que el ayatolá Ruhollah Jomeini de Irán emitiera una fatua pidiendo el asesinato de Rushdie por la novela “Los Versos Satánicos”— no había debilitado ni su espíritu ni su determinación de vivir la vida abiertamente.

Su nuevo libro, “Knife” (Cuchillo), es un impactante relato del ataque y sus consecuencias. También es una historia de amor profundamente conmovedora que atribuye gran parte de su recuperación y buen humor al apoyo de quien ha sido su esposa durante tres años, la poeta y novelista Rachel Eliza Griffiths.

“Quería escribir un libro que tratara tanto del amor como del odio —uno superando al otro”, dijo Rushdie en una entrevista reciente. “Y por eso es un libro sobre nosotros dos”.

Rushdie ahora está más robusto que cuando apareció en el escenario hace aproximadamente un año. Pero todavía está lidiando con periodos de fatiga.

Un lado de su boca se tira un poco cuando habla, resultado del daño a un nervio en su cuello. Su mano izquierda sólo se ha recuperado parcialmente; su ojo derecho está permanentemente inutilizable.

Sin embargo, la voz de Rushdie ha recuperado su rico timbre y su aire de diversión. Su actitud es tan relajada y su mente tan flexible como siempre.

“Cuchillo” puede significar muchas cosas, escribe Rushdie. Es un arma y un recurso artístico en libros, películas y pinturas. En el libro de Rushdie, es una metáfora de la comprensión.

“El lenguaje puede ser ese tipo de cuchillo, que corta hasta la verdad”, dijo. “Quería utilizar el poder de la literatura —no sólo en mis escritos, sino en la literatura en general, para responder a este ataque”.

El ataque se produjo mucho después de que parecía haber disminuido el peligro para su vida. El 12 de agosto del 2022, Rushdie estaba en el escenario de la Institución Chautauqua en el oeste del Estado de Nueva York, hablando sobre City of Asylum, un programa que brinda refugio seguro a escritores amenazados. Un hombre vestido de negro, Hadi Matar, subió corriendo al escenario empuñando un cuchillo. (Matar se declaró inocente de los cargos de agresión en segundo grado e intento de asesinato en segundo grado y está esperando juicio).

La hoja penetró a Rushdie 10 veces. Le cortó todos los tendones y la mayoría de los nervios de su mano izquierda. Penetró en su ojo derecho justo antes de llegar al cerebro, destruyendo el nervio óptico. Le cortó el cuello, la parte superior del muslo derecho y la línea del cabello, y le atravesó el abdomen.

La gente corrió a auxiliar a Rushdie, encabezada por el cofundador de City of Asylum, Henry Reese, de 73 años, quien sufrió una herida menor de cuchillo y un ojo derecho muy magullado mientras sujetaba al agresor.

“Esa mañana en Chautauqua experimenté lo peor y lo mejor de la naturaleza humana, casi simultáneamente”, dice Rushdie en el libro.

En junio, Rushdie cumplirá 77 años. “Estuve muy cerca de la muerte”, dijo. “Y cuando te acercas tanto, cuando la miras muy bien, se queda contigo”.

Sin embargo, no tiene miedo. “¿Alguna vez viste el musical ‘Spamalot’?”, continuó. “Hay una carretilla con víctimas de la peste que cruza el escenario. Y cuando llegan al centro del escenario, todos saltan de la carretilla y cantan esta canción, ‘Él todavía no está muerto’.

“O te dejas llevar por el miedo a la muerte, o no”, dijo.

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