Carlos III retomará su agenda en medio de especulaciones sobre ajustes en el plan para su funeral, ¿qué tan enfermo está?

Las dudas no son nuevas, pero cada vez se intensifican más. El verdadero estado de salud del rey Carlos III, la figura más importante en la actualidad de la monarquía británica, está rodeado de un hermetismo que atina a pocos detalles y, en consecuencia, le abre la puerta a toda suerte de especulaciones. 

¿Qué tan enfermo está el rey? Esa es la gran pregunta que se hace buena parte de la sociedad británica hoy.
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A inicios de febrero, el monarca de 75 años de edad fue diagnosticado con cáncer luego de someterse a una intervención quirúrgica. El anuncio lo hizo, como es costumbre, el Palacio de Buckingham. Sin embargo, este no precisó qué tipo de cáncer es -solo se aclaró que no es de próstata- ni se dieron detalles del tratamiento para enfrentarlo. Esa información sigue bajo reserva.

El equipo de Carlos III fue enfático desde un primer momento luego de la confirmación del diagnóstico: no se proporcionaría ningún "comentario continuo" sobre la salud del monarca. Hoy solo se sabe que viaja con cierta regularidad a Londres para recibir un tratamiento de radioterapia. 

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En todo caso, su diagnóstico abrió una época de turbulencia para la familia real británica, la cual se intensificó semanas después con el anuncio de que Kate Middleton, nuera de Carlos III y esposa del heredero al trono, el príncipe William, también tiene cáncer. 

En ambos casos, la Casa Real aclaró que solo publicaría comunicados sobre su salud cuando haya novedades sustanciales. Y con Carlos III eso parece haber ocurrido este viernes.

La conversación sobre el estado de salud del rey británico se reactivó este viernes.

El sitio web estadounidense The Daily Beast publicó una investigación en la que ​múltiples fuentes, cercanas a la corona, comentan que se están revisando copias de un documento de varios cientos de páginas titulado "Operación Puente Menai", la palabra clave para la muerte de Carlos III y su posterior funeral.

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La llamada Operación “Menai Bridge” (Puente Menai, en español) se estableció antes del diagnóstico de cáncer.
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"Al hablar con amigos del rey en las últimas semanas sobre su salud, la respuesta más común es bajar la voz, seguido de un pronunciamiento sombrío y prolongado: "No está bien"", escribe Tom Sykes, el corresponsal responsable de la investigación.

Sin embargo, este mismo viernes el Palacio de Buckingham informó que el rey Carlos III reanudará parcialmente su agenda pública a partir de la semana próxima, después de que los médicos dijeran estar "muy animados" por el progreso de su tratamiento.

Su primer compromiso con la reina Camila será una visita el martes a un centro de tratamiento del cáncer, dijo Buckingham, e indicó que en junio la pareja recibirá al emperador Naruhito y a la emperatriz Masako de Japón para una visita de Estado.
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Para algunas voces de análisis, esta parece ser una respuesta para acallar los nuevas especulaciones sobre la salud de Carlos III, sobre todo después de la publicación de The Daily Beast.
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​Según ese sitio web, los planes para un eventual funeral del rey británico se están revisando. Y si bien estos protocolos son actualizados periódicamente, como apunta esa investigación, lo que está haciendo ahora el Palacio de Buckingham es preparar un documento con las "lecciones aprendidas" en el protocolo de la despedida a la madre de Carlos, la reina Isabel II, quien murió el 8 de septiembre de 2022. 

"Por supuesto que está decidido a vencerlo (al cáncer) y le están dando todo. Todo el mundo se mantiene optimista, pero él se encuentra realmente muy mal. Más de lo que dejan entrever", le dijo a The Daily Beast una fuente que ese medio identifica como un "viejo amigo" de la familia real. 

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Ese medio asegura en su investigación que sus fuentes le dijeron que funcionarios de la monarquía "están revisando periódicamente copias del documento de varios cientos de páginas del 'Puente Menai'". Esas notas, agregan, suelen ser revisadas rutinariamente por Buckingham. 

"Los planes han sido desempolvados y se mantienen actualizados activamente. No es más de lo que cabría esperar dado que al rey le han diagnosticado cáncer", le dijo una fuente a ese medio, aunque expertos en la realeza aclaran que es habitual actualizar este tipo de documentos.

En la investigación, una fuente militar también repasa que es necesario una detallada planificación para un evento "de esta escala", en el que participan las guardias reales, el regimiento nacional y las fuerzas de Londres, además del regimiento de Paracaidistas, del que Carlos fue parte, y una amplia operación de seguridad también para los líderes mundiales presentes.

Además, mencionó que "la planificación seria del funeral de Carlos comenzó el día después de que enterraron a la reina".
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De otro lado, voces expertas aclaran que estas preparaciones no son del todo atípicas.

"No es solo el rey quien tiene que revisar sus propios planes funerarios. Todos los miembros de la realeza de alto rango lo hacen. William y Harry eran solo adolescentes cuando se les pidió que planificaran sus propios funerales. Se les pide que elijan su propia música, flores, oraciones y quién las leerá. A los miembros de la realeza se les recuerda constantemente que cuando mueran, su despedida será un evento importante que acaparará los titulares. No pueden escapar de esta macabra fijación por la muerte", detalla Christopher Andersen, un escritor especializado en la realeza, a propósito de la investigación que publicó The Daily Beast.

Eso sí, Andersen señala que "el reinado del rey Carlos será, por definición, corto, pero en este momento nadie sabe cuán corto será. Mientras tanto, la práctica de revisar los planes funerarios no debe utilizarse para tomar esa determinación".

Y, en ese sentido, el escritor considera que lo que sería de gran ayuda es que "el Palacio fuera transparente sobre el estado del rey y su pronóstico. Hasta que eso suceda, los chismes y las especulaciones seguirán dando vueltas y abundarán las teorías de conspiración".
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Al anunciar este viernes el regreso parcial de Carlos a la vida pública, un portavoz del Palacio de Buckingham dijo que es "demasiado pronto" para saber cuánto tiempo más continuará su tratamiento contra el cáncer. Pero señaló que su equipo médico está "muy animado por el progreso logrado hasta ahora y sigue siendo positivo sobre la recuperación continua del rey".

"El ritmo del programa del rey se calibrará cuidadosamente a medida que continúe su recuperación, en estrecha colaboración con su equipo médico", agregó el portavoz, quien, no obstante, se abstuvo de entregar más detalles, en línea con lo ya establecido.

En todo caso, y pese al hermetismo con el tipo de cáncer o la minucia del tratamiento, para la historiadora Valentina Mena Castro, magíster en archivística histórica y memoria, es novedoso que estas actualizaciones se conozcan ahora, en medio desu reinado. 

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"Es una novedad que la corona británica decida volver público este tipo de casos. Lo que usualmente ocurre con la monarquía es que las personas se enferman, y cuando ya terminan su tratamiento o mueren se da la declaración de qué enfermedad tenían", explica Mena Castro, en conversación con EL TIEMPO.  

La historiadora considera que este cambio se puede atribuir a un intento de la monarquía para que la sociedad empatice con Carlos III.

El rey llevaba solo 17 meses en el trono cuando el Palacio anunció en febrero que tiene cáncer y que abandonaría temporalmente todos sus compromisos públicos mientras comenzaba el tratamiento. 

En enero, Carlos III había sido ingresado por una afección benigna de próstata que lo llevó a pasar varios días en el hospital.

La situación del rey y Kate con enfermedades graves ha creado, además, una crisis para la monarquía británica, con la ausencia de miembros de alto rango disponibles para sus obligaciones públicas. Hasta hace unos años la familia podía contar con la ayuda del príncipe Harry, hijo menor del rey, pero él y su esposa estadounidense, Meghan Markle, abandonaron la primera línea monárquica en 2020. Desde entonces viven en California y se han distanciado de la familia tras una amarga separación.

En marzo, el monarca dijo que quedó "profundamente conmovido" por la reacción de la gente a sus problemas de salud, y añadió que continuaría sirviendo "lo mejor que pudiera". Así lo ha hecho: trabajando lejos del foco público, con reuniones y asistiendo a algunos eventos oficiales. A la fecha, su aparición más destacada fue el fin de semana de Pascua, cuando se le vio en una misa dominical en el Castillo de Windsor, al oeste de Londres.

"Tal vez también se planeó así para que la gente no piense cosas que no debe", señala Mena Castro, sobre las apariciones del rey y la manera en la que la corona ha decidido comunicar su estado de salud.

Por lo pronto, este viernes también se confirmó que Carlos III no llevará a cabo su programa habitual de verano y sus planes se elaborarán en consulta con su equipo médico para minimizar los riesgos de cara a la recuperación.

"El ritmo del programa del rey será calibrado cuidadosamente según continúe su recuperación, en estrechas consultas con su equipo médico", apuntó un portavoz.

El mundo entonces estará a la expectativa de lo que suceda este martes, cuando el monarca retome su agenda pública, en la primera visita de una serie de compromisos que acometerá en las próximas semanas y que darán luces, seguramente, del futuro de la familia real británica en un momento tan complejo como este.